Viajes
Empezaré, como viene siendo habitual, con otros blogs con viajes a Marrakech o Marruecos:
-Viatgeaddictes
-El Rincón de Sele
-Brancellao por el mundo
-Mes enllà
-En la mochila
Aunque volamos de Barcelona el jueves 20 de Marzo, llegamos a Marrakech siendo ya viernes. La compañía elegida para el vuelo fue Atlas-blue, filial de Royal Air Marroc y el hotel el Ibis Moussafir Marrakech Centre Gare, que está junto a la estación de Ferrocarril (hay 2 Ibis en Marrakech)y al cual pertenece la foto de arriba a la derecha hecha desde la habitación.
El primer destino en la ciudad no podía ser otro que la famosa plaza Jemaâ el Fna, declarada «Patrimonio Oral de la Humanidad» por la UNESCO, constituye un exponente vivo de lo que fueron las plazas en el Medioevo, lugar de encuentro para todo el mundo. Por la mañana, vendedores de zumo de naranjas natural,
de frutas, cestos de mimbre, recuerdos, dulces, bisutería, dentistas, curanderos, escritores por encargo. A veces también desde la mañana y hasta la noche: los Gnaoua, tocadores de crótalos, acróbatas, encantadores de serpientes o de escorpiones, bailarines, contadores de cuentos. Este universo se vuelve particularmente fascinante con la caída de la tarde, cuando la plaza se ilumina con mil y una luces y se deambula de espectáculo en espectáculo.
Jemaa-el-Fna está rodeada de cafeterías y restaurantes ideales para escapar del bullicio y relajarse con un té de menta, un café o un ligero almuerzo. Café Argana, Café de France y Café Glacier son tres cafeterías con mesas en la
terraza y vistas maravillosas, aunque son un poco más caros que el resto de los establecimientos de este tipo de la ciudad. La terraza de la foto de la derecha es del café Glacier.
Desde la plaza se puede observar la Mezquita Koutoubia o de los libreros, que debe su nombre al zoco de los libreros que instalaban sus puestos junto a sus puertas. Aunque por este nombre es más conocido su majestuoso minarete
de 77m. (es el edificio más alto de la ciudad y uno de los monumentos más antiguos de la arquitectura clásica marroquí),. Particularmente impactante para los españoles por su semejanza con nuestra Giralda, para la que sirvió de modelo y, de la misma manera que esta torre es el emblema de Sevilla, la Koutoubia representa a Marrakech en el mundo entero. Sobra decir que la entrada no está permitida a los no musulmanes.
Después de una vuelta por la plaza, cogimos la calle Riad Zitoun (foto de la izquierda) el Kdim para dirigirnos al Palacio de la Bahia (10 dirhams). Construido a finales del XIX, está situado lejos del bullicio de la
Medina. No perderse la sala del consejo y las dependencias de la favorita. Mención
especial para todos los techos de las habitaciones.
Las fotos de derecha e izquierda son de detalles del palacio (techos).
Al lado del Palacio Badia hay una herboristería en la que hablan español, te explican cada hierba de maravilla, son amabilísimos y lo mejor hay una chica que da
masajes (hombros y espalda ehhh) que te deja de maravilla por 20 Dh. Se llama Herboristerie Palais El Badia. También poseen gran cantidad de especias.Foto de la
izquierda.
Desde aquí fuimos caminando hasta llegar a la Mezquita Kasbah (foto de la derecha), con un gran minarete de color ocre, decorado por entrelazados octogonales y rematado por una banda vistosa de cerámica blanca y verde.
Casi al lado de las mezquitas están las Tumbas Saadíes (10 dirhams), que consta de dos mausoleos, el más suntuoso de los cuales cobija -en una sala con
una cúpula de madera de cedro dorado sostenida por doce columnas de mármol de Carrara- los restos de Mulay Ahmed el Mansour (s XVI).Dicho mausoleo se llama sala del Mihrab. En la otra sala, llamada de los tres Nichos, alberga los restos de las esposas e hijos de Mulay. En total, hay unos 66 miembros de la familia real saudí enterrados aquí junto con numerosos criados y restos de tumbas más antiguas cuya
identidad se ha perdido. Es uno de los lugares más visitados del país. La leyenda dice que el mármol se obtenía intercambiándolo por su peso en azúcar.
También a escasos metros está la Puerta Bab Agnaou, majestuosa y monumental, era la antigua entrada del palacio soberano almohade Abd el Moumen (s. XIII)y solía adornarse con las cabezas de los condenados a muerte.
Volvimos a la plaza Jema el Fna y descansamos en la terraza superior del café de France. Es toda una institución y uno de los cafés más
famosos de Marrakech. La terraza a pie de calle es ideal para contemplar el movimiento de la plaza, mientras que las terrazas superiores ofrecen maravillosas vistas.Un café con leche y un zumo de naranja 30 dirhams con propina incluida. Aquí también se puede comer o cenar.
Comimos en un bar 'de mala muerte' situado en la entrada de los zocos. Un tagine de cordero, unas salchichas, cous-cous, pan, coca-cola y propina 100 dirhams.
Tras otro paseo por la plaza y hacernos unas fotos con monos y serpientes (con la propinilla de costumbre) decidimos hacer caso de lo que se comenta en los foros y te aconsejan muchos taxistas o los de las calesas y fuimos a hacer el recorrido por el Palmeral.
Creo que los taxistas y 'caleseros' te lo proponen porque es un recorrido largo (22 km a las afueras de la ciudad), y por lo tanto te sacan más dinero, pero en mi opinión es una pérdida de tiempo y dinero, ya que te vas a encontrar con muros tras
los que se esconden (y nunca mejor dicho) lujosas mansiones, arena y hierbajos donde descansan 150000 palmeras datileras y un par de restaurantes/cafés donde tomar algo.
También puedes, una vez allí, alquilar quads o subir en camello, pero insisto, no vayáis.
Tras el paseo del palmeral, que por cierto lo hicimos en calesa por 250 dirham tras regatear, cogimos un taxi para ver otra de las visitas prescindibles de Marrakech, los Jardines de l'Agdal. Más que jardines, Agdal es un huerto
inmenso de 4,5 Km. cuadrados plantado de frutales y olivos. Conserva dos estanques para riego, el mayor de los cuales data de la época almohade. En sus aguas se reflejan las ruinas de un palacio saadí. El trayecto en petit taxi hasta aquí desde la plaza Jemal el Fna, 20 minutos de espera y llevarnos hasta el museo Dar Si Saïd, nuestra próxima visita fueron 80 dirhams tras mucho regatear.
El Musée Dar Si Saïd (Museo de Marruecos) contiene una exposición oficial de alfombras, tallas, joyas, instrumentos musicales y armas situada en una casa del siglo XIX en la que vivió el chambelán real, Sidi Said. Especialmente impactantes son los salones Hispano-moriscos y las dependencias de las mujeres. Alberga una importante colección de arte marroquí. Destacan: la vestimenta femenina, la cerámica, las armas, alfombras, joyas bereberes, puertas de madera esculpida y una hermosa pila de abluciones del siglo X, realizada en España, y que está tallada en un solo bloque de mármol. Entrada 10 dirhams. Las fotos de debajo son de detalles del museo.
Caminando desde aquí y pasando entre los zocos, plaza Rhaba Kdima incluida (foto de
la derecha) llegamos al Museo de Marrakech donde nos cobraron 60 dirhams por una entrada triple al museo, madrasa Ben Youssef y koubba Almoravide.
Situado en el corazón del zoco, el Musée de Marrakech (Museo de Marrakech) ocupa otra mansión restaurada del siglo XIX construida por la familia Menebha y contiene
obras de arte, alfombras, joyería, muebles, cerámicas, telas y manuscritos. Es más interesante el edificio que lo expuesto en el.
La visita a este museo se puede combinar con la hermosa Ben Youssef Medersa, una antigua escuela coránica cuyos pasillos y estancias están
decorados con estuco, azulejos y madera tallada de cedro. Fundada en el siglo XIV por Abu el Hassan, fue totalmente reconstruida en el XVI por el saadí Mulay Abdallah que la convirtió en la medersa más importante del Maghreb. Constituye uno de los
monumentos más notables de la ciudad.
Un poco más lejos, en la misma calle, se encuentra Koubba el Badiyin, el único vestigio que queda en pie de las edificaciones que
levantaron los fundadores de la ciudad, los almorávides. Foto de la izquierda.
Como ya era tarde, y tras atravesar de nuevo los zocos para llegar a la plaza, cogimos un petit taxi para el hotel, y tras descansar fuimos a la cena-espectáculo
del Chez Ali Fantasia, en una minifurgoneta de 15 plazas. Cena, espectáculo y traslado 400 dirhams por persona. La cena típica marroquí la haces en jaimas y está compuesta de jarira (sopa), cous-cous, cordero, te y pastelitos (mientras que por la jaima pasan conjuntos folclóricos de todo Marruecos).
La cena la disfrutamos acompañados de unos amigos Marroquis que conocimos (iban con nosotros en la minufurgoneta). Aprovecho la ocasión para saludar a esta pareja tan maja que nos acompaña en la foto de la izquierda.
Después espectáculo ecuestre.
En mi opinión está bien la cena, pero no es para tanto (en los foros se le ha dado mucho bombo), aunque a Yolanda y a Izan les encantó ( Izan alucinó con el espectáculo de los caballos, que es realmente brutal).
Algunas fotos más del Chez Ali:
A las 24:30 llegamos al hotel después de este cansado pero completo día.Recomiento Oferta Hoteles y Vuelos